La madre

“Es mi madre. Es lo menos que puedo hacer por ella. Y además es un ejemplo para dejarle a mis hijos”.

2004-11-24

Suelo ir los domingos a misa de 11.30 y me ha llamado mucho la atención un muchacho joven, de unos cuarenta años, que llega en su auto con unos niños (que serán sus hijos) y baja del brazo de una señora mayor que arrastra sus pies deslizándose con mucha dificultad.

¡Qué paciencia tiene! La ayuda a subir la escalinata de la parroquia, siempre del brazo, la acompaña en uno de los bancos de adelante, la lleva a comulgar y está pendiente de ella. Pregunté quién era y qué parentesco tenía. Me han dicho que es su madre, que está internada en una casa de salud. Creo que tiene el mal de Alzheimer.

Un domingo, al cruzarme con el señor, no pude menos que decirle: - “Qué alegría tendría yo de tener un hijo como tú, si estuviera en esas circunstancias.” Me miró y me contestó: - “Es mi madre. Es lo menos que puedo hacer por ella. Y además es un ejemplo para dejarle a mis hijos”.

No pude agregar más nada a su respuesta. Me fui enjugándome mis lágrimas. Ese hijo me había dado un ejemplo de generosidad.

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