Ni que me manden
Por eso, cuando yo sea grande seré… pianista. O escritora, o tal vez pintora. Todavía no sé, pero lo que sí sé es que quiero ser alguien que haga que este mundo sea mejor.
Tengo 9 años y soy la hija número 8 de una familia de 10. Mi papá y mi mamá me quieren mucho pero, en realidad, mis hermanos mayores son también un poco como mi papá y mi mamá porque se preocupan mucho por mí, especialmente mi hermana de 15 años. Ella tiene mucho coraje y cuando hay que conseguir algo especial - como un permiso para ir a algún lado, o comprarnos alguna ropa - ella insiste, insiste, insiste hasta que consigue lo que haya que conseguir, aunque sea por cansancio. Mi hermana dice que va a estudiar para maestra cuando llegue el momento y seguro que va a ser así porque me parece que a ella además le gusta mandar, y las maestras siempre mandan. Y yo sé que a ella le gusta mandar porque a mí a veces me manda y, como dormimos juntas en el mismo cuarto, yo tengo que apagar la luz cuando ella quiere porque dice que la luz le molesta y, si yo no apago cuando ella quiere, se enoja. A mí esto a veces me da rabia porque a mí lo que me gusta es leer algún cuento antes de dormirme y me tengo que quedar sin leer por culpa de ella. Claro, ella es más grande y dice que porque es más grande, yo le tengo que hacer caso. En fin: a pesar de esto, en realidad es muy buena conmigo porque me ayuda con los deberes y me defiende cuando mis hermanos varones me embroman o me pelean. Pero, a mí personalmente, no me gusta mandar ni tampoco me gusta que me manden. Por eso, cuando yo sea grande seré… pianista. O escritora, o tal vez pintora. Todavía no sé, pero lo que sí sé es que quiero ser alguien que haga que este mundo sea mejor.