Simbolismo del traje de novia
Novia, al escoger tu traje, piensa en su simbolismo: "El Verbo se desposa con la virginidad"
A través de la historia y de los pueblos se puede ver la evolución de los ritos y ceremonias que acompañan el matrimonio, pero siempre quedan fijos dos conceptos esenciales: el atavío de la novia y los regalos que le ofrecen.
Rebeca ante Isaac cubrió su rostro con un velo, símbolo del pudor y recato que, en su calidad de doncella, quería salvaguardar. En la Grecia pagana, pero país por excelencia estético y delicado, se levanta el más grande de los monumentos: el Partenón a Atenea, la diosa virgen, porque esa virginidad, aun desde el punto de vista humano y artístico, les inspira reverencia y plasma un ideal admirado aunque tan distante de la sensualidad que envuelve a sus mismos dioses, y por eso Atenea aparece entre ellos como guerrera. De blanco, (porque ese es el color más representativo de la pureza) cubierto el rostro con un velo, encerrada cuidadosamente en un coche, y celosamente custodiada por la madrina, iba la novia helénica a la morada del novio, que la aguardaba con la llama encendida y representativa del hogar que su mutuo amor formaba, sus jóvenes amigas le ofrecían granadas, fruta prolífera representativa de sus votos y deseos de fecundidad.
La Iglesia Católica, que santifica la unión por el sacramento, conserva las ceremonias que son a la vez festejo y enseñanza. Cuando Martínez Montañés esculpió su famosa Inmaculada y cubriéndola de larga túnica, no dejó entrever más formas que la pierna levantada por aplastar la cabeza de la serpiente, criticaron su desconocimiento de la anatomía y él con argumento delicadísimo respondió: "La pureza no tiene formas porque aunque se halle encarnada, es espíritu".
Vestigios de las granadas griegas son los azahares que adornan nuestras novias, blancos también, como si el cristianismo quisiera acentuar la nota de pureza fuente de la maternidad. Pero precisamente porque ve la lección sublime y espiritual que este atuendo nupcial ofrece al mundo, el paganismo que impera en el mundo actual se esfuerza por ir deshaciendo la obra simbólica de tantos siglos. Hoy se ven novias que han desfigurado el bello y pudoroso vestido en un lucir de formas y transparencias que hacen perder todo simbolismo, porque no podrá evocar virginidad lo que no es puro.
Novia, al escoger tu traje, piensa en su simbolismo: "El Verbo se desposa con la virginidad" y tú llevas la tuya al pie del altar pidiéndole en cambio, que te conceda el inmenso honor de cooperar con El siendo madre...