Carta de un hijo a todos los padres del mundo

“Si usted es padre o madre o educador, reconozca que ése es su más importante, exigente y gratificador desafío. Lo que usted haga cada día, lo que diga y la manera como actúe, influirá en la conformación del futuro de nuestra sociedad más que cualquier otro factor”. - Marion Wright Edelman -

2004-11-29

- No me des todo lo que te pida. A veces sólo pido para ver hasta cuánto puedo tomar.

- No me grites. Te respeto menos cuando lo haces y me enseñas a gritar a mí también y yo no quiero hacerlo.

- No des siempre órdenes. Si en vez de órdenes, a veces me pidieras las cosas, yo lo haría más rápido, con más gusto.

- Cumple las promesas, buenas o malas. Si me prometes un premio, dámelo, pero también si es castigo.

- No me compares con nadie, especialmente con mi hermano o mi hermana. Si tú me haces lucir mejor que los demás, alguien va a sufrir y si me haces lucir peor que los demás, seré yo quien sufra.

- No cambies de opinión tan a menudo sobre lo que debo hacer. Decídete y mantén esa decisión.

- Déjame valerme por mí mismo. Si tú haces todo por mí, yo nunca podré aprender.

- No digas mentiras delante de mí ni me pidas que las diga por ti, aunque sea para sacarte de un apuro. Me haces sentir mal y perder la fe en lo que me dices.

- Cuando yo hago algo mal, no me exijas que te diga el “por qué lo hice”. A veces ni yo mismo lo sé.

- Cuando estés equivocado en algo, admítelo y crecerá la opinión que yo tengo de ti y me enseñarás a admitir mis equivocaciones también.

- Trátame con la misma amabilidad y cordialidad con que tratas a tus amigos ya que, porque somos familiares, eso no quiere decir que no podemos ser amigos también.

- No me digas que haga una cosa y tú no la haces. Yo aprenderé y haré siempre lo que tú hagas, aunque no lo digas, pero nunca haré lo que tú digas y no hagas.

- Enséñame a amar y conocer a Dios. No importa si en el colegio me quieren enseñar porque de nada vale si yo veo que tú ni conoces ni amas a Dios.

- Cuando te cuente un problema mío, no me digas “No tengo tiempo para tonterías” o “Eso no tiene importancia”. Trata de comprenderme y ayudarme.

- Y quiéreme y dímelo. A mí me gusta oírtelo decir aunque tú no creas necesario decírmelo.

- ABRAZAME, NECESITO SENTIRTE mi amigo, mi compañero a toda hora.

BUSCADOR