Luces y sombras

“Vale la pena apostar a la familia porque al final del camino la cosecha es abundante.”

2004-11-24

¿Nunca pensaste en separarte? Esta es una pregunta que me hizo una amiga de quien yo hubiera asegurado que tenía un feliz matrimonio.

Dicen que entre los 30 y los 40 años de edad hay una crisis en la cual uno se plantea muchas cosas de su vida. Y siempre la más perjudicada de esas crisis existenciales es la familia y, dentro de ella, los hijos. En la vida matrimonial siempre hay luces y sombras, y quien pretenda negarlo no es honesto consigo mismo. La convivencia no siempre es fácil y los problemas de todos los días influyen y condicionan. El cansancio, la rutina del quehacer diario son elementos que presionan permanentemente y obligan a un esfuerzo constante.

Pero esa es la vida, una siembra en medio de sequías, inundaciones pero también buen tiempo. Vale la pena apostar a la familia porque al final del camino la cosecha es abundante.

Para terminar me gustaría compartir esas palabras de aquel pater-familias en su cuadragésimo aniversario de fecundo matrimonio: "Hoy empezamos una segunda etapa de nuestro matrimonio cada vez más unidos y más compañeros, en la que nuestra única y mayor fortuna es la familia que creamos juntos".

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