El matrimonio de hoy en día...
En estos tiempos del siglo XXI en mayor o menor medida todos observamos preocupados el aumento de la ruptura de los matrimonios, las relaciones de pareja que cada vez duran menos, la dificultad para el mantenimiento de un compromiso de entrega y fidelidad. En este artículo vamos a intentar pensar un poco sobre estos temas.
EL ENAMORAMIENTO.
En esta fase tan especial, nuestro yo descubre un tu que se le aparece como muy especial, con un “algo” que lo hace singular, atractivo, deseable. Este descubrimiento conmociona nuestra vida psíquica: nuestra atención, nuestra percepción del tiempo, nuestra concentración se distorsionan ya que mucho de nuestro interés se haya en recordar y aprehender los momentos y vivencias asociadas con la persona de la que nos hemos enamorado.
En esta primera etapa aun no conocemos realmente al otro, en gran medida proyectamos mucho de nosotros, de nuestras fantasías e ilusiones en la persona que empezamos a conocer. Muchas veces nos enamora encontrar en los otros rasgos de personalidad que no tenemos y querríamos tener, nos atrae la complementariedad. Otras veces nos enganchamos desde lo parecido.
El enamoramiento es tan conmocionador, que lo hace una de las experiencias más ricas de la vida. Pero esto lleva a que algunos se enamoren de “estar enamorados” y no de la persona en si misma. Aman el proceso de seducción y conquista, pero una vez pasada esta etapa no logran sostener la relación. Otros se asustan cuando el enamoramiento decae, cuando ya no sienten la mima conmoción interior, y no logran entender que el amor evoluciona, que el enamoramiento es como la infancia del amor, y que tiene que evolucionar hacia un sentimiento menos intenso pero no por eso menos fuerte sino todo lo contrario. Cuando el amor pasa a una siguiente etapa, de un amor mas tranquilo, se cuestionan si es que ya no aman. Confunden “estar enamorado-conmocionado” con querer al otro.
Pero…que es querer al otro? Que nos vende la sociedad por querer? Que nos dicen las telenovelas? En primer lugar diría que nos siguen vendiendo algunas ideas míticas sobre el amor:
-El príncipe azul- Hay que entender que los príncipes y las princesas no existen, así como no existen las medias naranjas. Querer al otro es aceptarlo como quien es, es no buscar a alguien que me complete en lo que no soy o no tengo, es no esperar que alguien me llene totalmente, porque el otro es un ser humano limitado, como yo, con sus virtudes y defectos.
-Que con mi amor el otro va a cambiar- Este es un mal comienzo, las personas mejoran si se esfuerzan por conocerse y trabajan sobre si mismas para cambiar. Nunca hay que embarcarse en un matrimonio esperando que por casarse el otro va a mejorar. No es el estado matrimonial lo que nos mejora, sino la búsqueda personal de entregarnos con fuerza y compromiso a esa relación, esta entrega al otro le da la cohesión que la relación necesita para prosperar.
-Creer que el amor es solo sentimiento- El amor es mucho más que sentimiento, en un amor duradero hay un gran componente del amor de voluntad, que es el “querer-querer”.
Es darse cuenta que en todo amor duradero hay periodos de distanciamiento, de crisis, o de enfriamiento que hay que saber reconocer a tiempo para poner ganas a la relación. Es buscar volver a encender un amor que por alguna circunstancia se esta entibiando. Hay que poner creatividad, picardía, novedad y muchas veces el amor resurge fortalecido.Los que trabajamos en terapia de parejas vemos esto muchas veces.
-Creer que “con el amor alcanza”- es muy importante que los novios vean que hay indicadores de mal pronóstico y que por mucho amor o pasión que haya en ocasiones es mejor terminar la relación. Aquellas parejas que se pelean todo el tiempo, puede que mutuamente sus caracteres potencien sus puntos débiles y es bueno que intenten superar estas desavenencias, incluso pedir ayuda, pero prestar atención a que una relación en la que lo normal es estar mal, en la que desde prácticamente el inicio el vinculo es frágil y doloroso para ambos, aunque las reconciliaciones sean muy cargadas de afecto, es un vinculo que presenta señales de posibles problemas para sostenerse en el tiempo.
Recordemos que el noviazgo es para construir cimientos, para sentar las bases para un matrimonio sólido y para esto hay que priorizar valores comunes. Valores que apunten a que es lo importante en la vida para cada uno, hacia adonde apuntan en sus vidas, que lugar le dan a la familia, a los hijos, al trabajo, a las metas profesionales, al dinero, a la religión y hasta al deporte! Cuanto mas parecidos en estos terrenos mejor pronostico, porque el “para qué ‘vivo forma parte esencial de cómo voy a estructurar mi vida en el futuro, que parte de tiempo van a ocupar cada uno de estos aspectos, donde va a estar puesto el corazón. En definitiva, que haya afinidad no solo de piel sino también de caracteres, intelectual, afectiva y valórica, que “tiren para el mismo lado”.
Y CUANDO YA ESTAMOS CASADOS
Mucho se podría hablar del matrimonio, hoy solo quiero destacar la importancia de que la pareja nunca se descuide, de que cuando se sienta que se van alejando sepan darse cuenta a tiempo y reaccionen con energía. Saber que las crisis en la vida son normales y esperables y son un desafío para salir fortalecido, pero que hay que reconocerlas a tiempo y tomar medidas! Medidas de retomar a fondo la comunicación intima, animarse a hablar a fondo de lo que están sintiendo, pensando y necesitando. Hacer terapia de pareja es muy útil y enriquecedor. También lo son los talleres para matrimonios y para padres o los grupos de matrimonios ya que todos son ocasión de hablar de temas que no se tocan en lo cotidiano y enriquecen mucho.
En toda relación es muy sano tener espacios propios, aunque sea salir a caminar, ratos a solas para compartir la intimidad. Una relación sana tiene que recrearse periódicamente, ir adaptándose a los cambios y desafíos que cada etapa de la vida nos plantea.
El matrimonio, compartir la vida,es el proyecto afectivo mas grande para la persona humana y requiere ser vivido con gran compromiso, con sentido de misión, que de ahí viene la palabra, misión en cuanto proyecto en el que pongo mucha de mi energía y que es prioritario en mi desarrollo personal.