Felices los que saben reírse

Las bienaventuranzas de la gente que sabe reírse de sí mismo.

2004-11-24

"Dichosos los que saben reírse de sí mismos, porque no terminarán nunca de divertirse.

Dichosos los que saben descansar y dormir sin buscarse excusas: llegarán a ser sabios.

Dichosos los que saben escuchar y callar: aprenderán cosas nuevas.

Dichosos los que son suficientemente inteligentes como para no tomarse en serio: serán apreciados por sus vecinos.

Dichosos los que están atentos a las exigencias de los demás, sin sentirse indispensables: serán dispensadores de alegría.

Dichosos ustedes cuando sepan mirar seriamente a las cosas pequeñas y tranquilamente a las cosas importantes: llegarán lejos en la vida.

Dichosos ustedes cuando sepan apreciar una sonrisa y olvidar un desaire: vuestro camino estará lleno de sol.

Dichosos ustedes cuando sepan interpretar con benevolencia las actitudes de los demás, aún contra las apariencias: serán tomados por ingenuos, pero éste es el precio de la caridad.

Dichosos los que piensan antes de actuar y rezan antes de pensar: evitarán muchas necedades.

Dichosos ustedes sobre todo cuando sepan reconocer al Señor en todos los que encuentran: habrán encontrado la verdadera luz y la verdadera sabiduría."

"Amigos lectores, traten de memorizarlas, pero sobre todo vivenciarlas, pues son un auténtico secreto de felicidad. En efecto los ayudará a "no enfermarse de importancia", como dice una radio porteña; a "no tomarse demasiado en serio", en palabras de Juan XXIII; y, en cambio, a tomar en serio su vida, su misión, el mundo...

Entonces podrán reírse de sí mismos, buenamente y ¡ser dichosos!"

P. Benito.

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