Abuela cibernética

"¡Qué felicidad!, tener una abuela cibernética, nadie lo puede creer, todos me envidian".

2004-11-24


   Con demasiados años encima, Internet me parecía algo inalcanzable, pero mis hijos estaban convencidos que necesitaba algo que me sacara de la postración física y moral en que me había dejado la pérdida de un ser muy querido.
   Me trajeron una computadora y yo cada mes buscaba algún pretexto para ni mirarla. Pasaron tal vez dos años y cada tanto tiempo algún hijo insistía en que tomara algún maestro de computación. Yo les decía que sí para que no insistieran. Hasta que un buen día uno de ellos me preguntó en qué lugar me sentía yo más cómoda en la casa. Se lo indiqué agregando: "pero ahora me voy a dormir la siesta". Y me fui y cuando horas después aparecí en el lugar, allí estaba la antipática computadora. Y es más, estaba preparada para mandar un mail a una nieta muy querida que en ese momento estaba en Nueva Zelanda. Agregó mi hijo: "Dale mamá, escribí ahí y en poco rato Mª Virginia tiene tu carta delante". 
   Ante ese incentivo acomodé mis manos - acostumbradas a tocar el piano - a un teclado chiquito y sensible al menor roce. Le hice el gusto. Escribí, y esa tarde tenía la contestación de mi nieta ante mis ojos. Decía ella: "¡Qué felicidad!, una abuela cibernética, nadie lo puede creer, todos me envidian".
   Y así empezó mi lucha de horas y días sentada frente a la máquina junto a un hijo tan paciente que me enseñaba hasta por teléfono. Odié esa máquina por todo lo que me salía mal y por lo mucho que me dolía la espalda después de tanto rato de lucha. Pero mi odio se cambió por una admiración casi descontrolada cuando, ante mis errores, salía en el acto un letrero indicándome qué tenía que hacer. Furiosa lo hacía muchas veces y quedaba extenuada, pero iba llegando.
   ¡Qué maravillas tan increíbles inventa el ser humano! No se puede ni creer. Una máquina dialoga conmigo, me enseña y me rezonga. ¡Es una pesadilla! pero, ¡nos invita a meditar!. Si eso lo inventa el hombre... ¿Cómo lo habrá imaginado Dios? 
   Él en seis días hizo el Cielo, la tierra y todo lo que en ella existe. ¡Y luego hizo al hombre!!!!!!!!!! Me admiro cuando veo a mi nietito de pocos meses. Veo la perfección de todo su cuerpito. Imagino su cerebro cuando mira y estudia todo lo que ve, e imagino sus órganos en la oscuridad organizando todas las maravillas que hacen.
   DA PARA MEDITAR. La tecnología hace máquinas que nos permiten cosas nunca imaginadas. Que me dejan horas pensando, ¿CÓMO?  Pero cómo será el que hizo todas las cosas y luego el hombre con solo decir:  ¡HÁGASE!

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