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Los noviazgos prematuros y las relaciones prematrimoniales
Es prematuro un noviazgo cuando los jóvenes no saben situar la atracción física dentro de la dimensión total de la persona; cuando no son capaces de supeditar el instinto a las exigencias de un amor que compromete todo el ser: el cuerpo y el alma. En esta situación de inmadurez existe el riesgo de llegar a las llamadas "relaciones prematrimoniales", es decir, a la relaciones sexuales entre los novios.
El noviazgo prematuro es la pretensión de amar antes de tiempo, con un amor que responde sólo a actitudes interesadas. Es simple amor de posesión. Aún no se ha desarrollado el amor de entrega, el querer comprometido. Las relaciones prematrimoniales no desarrollan la capacidad de amar; no son preparación para el verdadero amor como las quieren presentar, sino que, por el contrario, lo retrasan más.
En la adolescencia y juventud sobra instintividad y falta de voluntad para gobernar los propios impulsos. Dado que en la época actual un hombre no tiene, corrientemente, resuelto su porvenir antes de los 25 años (a veces no lo ha conseguido a los 30) un noviazgo que comienza en la adolescencia, está "condenado", en principio, a ser excesivamente largo. En estas condiciones suele perderse poco a poco la ilusión y el entusiasmo inicial. Además se presentan situaciones muy peligrosas -desde el punto de vista moral- por la acumulación de experiencias amorosas. Si no hay posibilidad de contraer matrimonio en un plazo corto o, al menos, razonable, el noviazgo tiende a convertirse en una situación sin salida que perjudica el equilibrio de los dos jóvenes. La pérdida creciente de la ilusión explica por qué estos amores tempranos acaban tan pocas veces en el matrimonio.
Otro hecho muy significativo es el de que el mayor porcentaje de divorcios se está dando hoy entre matrimonios muy jóvenes fruto de noviazgos prematuros. Ello prueba que muchos problemas conyugales estaban ya en germen en el amor inmaduro de la etapa adolescente o juvenil. Pero estos riesgos no suelen ser menores cuando ese noviazgo prematuro desemboca pronto en el matrimonio. A la inmadurez inicial hay que añadir entonces la falta de conocimiento mutuo entre los jóvenes y la insuficiente reflexión acerca de su futuro estado de vida. Adolescentes y jóvenes deben saber a tiempo que "el noviazgo -entendido como camino hacia el matrimonio y no como un simple pasarlo bien- es algo muy bello, pero también muy serio (...). Exige realismo y descubrir la verdad tras las apariencias, y adivinar lo que supondrá vivir después junto a esa persona".
Pero ésta no es la única causa de un fenómeno -las relaciones prematrimoniales- que se extiende hoy de modo progresivo entre jóvenes de todos los medios sociales. Son muy numerosas, por ejemplo, las parejas de novios que acuden a la consulta médica solicitando medios para evitar la natalidad. Entre las diversas causas de este problema hay que citar, en primer lugar, la permisividad de ciertos padres (muchas veces ingenua, pero no por ello menos culpable) en las costumbres de sus hijos. Un ejemplo: los campamentos de verano mixtos, en los que los adolescentes de ambos sexos se encuentran, frecuentemente, en situaciones que predisponen al amorío o aventura sexual. Otro ejemplo: los fines de semana fuera de casa pasados por jóvenes de diferente sexo.
En segundo lugar, debe destacarse la invasión de los medios de comunicación por parte de la pornografía. Imágenes eróticas de todo tipo son difundidas diariamente en una sociedad que aparece obsesionada por lo sexual. A través de la literatura, el cine, la televisión, las revistas, el teatro, la música, las canciones, etc., llegan a los adolescentes y jóvenes estímulos para unas tendencias que ya de por sí no eran fáciles de gobernar a su edad. La sociedad está convirtiendo a muchos adolescentes y jóvenes en adultos prematuros en el aspecto sexual, sin ayudarles, en cambio, a descubrir el aspecto afectivo y espiritual del amor humano: "En el lugar de los ritos tradicionales del encuentro entre chicos y chicas, en los que surgía toda una delicada sensibilidad para con el otro (...) encontramos en los adolescentes de hoy impaciencia por imitar a los adultos, por amar como ellos, por ir más lejos arrastrados por una curiosidad nunca satisfecha, por ir más rápido, por quemar etapas".
Una tercera causa del problema de las "relaciones prematrimoniales" es la difusión de los procedimientos anticonceptivos. Para los jóvenes que carecen de convicciones morales y religiosas el miedo al embarazo era antes el único freno. Pero el descubrimiento de la "píldora" les ha "liberado" de ese obstáculo. La impunidad que ofrece la "píldora" está incidiendo seriamente tanto en los chicos como en las chicas, alterando así la menor inclinación de la psicología femenina hacia la dimensión sexual del amor. En nuestra época toma la píldora "la joven que desea vivir el éxtasis de la experiencia sexual, y la que ve en la entrega de su cuerpo el medio de conquistar a aquel muchacho, y la que busca la seguridad de sentirse deseada, y la que cree en la "prueba del amor" que le pide el joven con quien piensa casarse, y la que quiere evadirse de una realidad que le hastía". Pero detrás de la permisividad del ambiente actual se encuentra la causa más importante del problema que estoy analizando. Me refiero a corrientes ideológicas que han exagerado el papel de los instintos en la vida humana, con olvido de la condición racional del hombre y de la dimensión espiritual de la persona. Desde esa perspectiva errónea e interesada "se ha llegado a concluir, con demasiada rapidez, que el instinto debe ser liberado y que solamente su satisfacción es capaz de aportar el equilibrio y la felicidad. La sexualidad se ha convertido en un juego y el amor en una pasión".
Con base en esta "filosofía barata" se está manipulando a los adolescentes y a los jóvenes en el tema de las "relaciones prematrimoniales" con dos "argumentos" principales:
1) Conviene conocerse mejor antes de casarse
2) ¿Por qué esperar cuando hay verdadero amor?
Es preciso aclarar a los adolescentes, a los jóvenes y a sus padres, que las relaciones sexuales no pueden ser nunca una "experiencia prematrimonial". Ese "experimento" no tiene prácticamente nada en común con lo que será la posterior vida de casados. Esta futura vida no se reduce a "hacer el amor". Además, el amor físico dentro del matrimonio es una expresión del amor generoso y sacrificado y no una mera satisfacción del instinto. Siendo muy diferentes las circunstancias y la finalidad de una y otra situación, las experiencias sexuales antes del matrimonio tienen, entre otros muchos peligros, el de llevar a los novios a conclusiones falsas. Este tipo de "experiencias" no ayudan en el conocimiento mutuo. Sucede más bien al contrario, ya que la obsesión por las relaciones sexuales es un serio obstáculo para descubrir al otro como persona. Cuando hay verdadero amor (y no simple deseo egoísta del placer) se sabe esperar el momento adecuado para expresarlo a través de la relación sexual.
El respeto mutuo durante el noviazgo prepara para la posterior vida de casados, ya que los esposos son mucho más que el varón y la hembra que se entregan físicamente. El respeto entre los novios predispone positivamente para el conocimiento completo y la mutua entrega que vendrá después. Quienes, por el contrario, consiguen antes del matrimonio lo que sólo en éste se debe encontrar, perderán la ilusión de llegar a una boda que (ante sus ojos) nada nuevo les puede ofrecer. El noviazgo pierde todo su sentido cuando se le convierte en un burdo ensayo de la vida conyugal. Hay que aclarar a los jóvenes que "el noviazgo es un período en que se promete todo, pero no se da todo. Es un período en que la promesa de amor madura gradualmente. Si uno da todo o toma todo en un contexto que no es definitivo, ha querido algo que superaba la condición presente, que era la de conocerse y saberse respetar. Y más pronto o más tarde sufrirá las consecuencias de haber dañado al amor".
Llamar "relaciones prematrimoniales" o "experiencia prematrimonial" a las relaciones sexuales que desfiguran la idea correcta del amor y de matrimonio es un sarcasmo. Es también un ejemplo de la manipulación del lenguaje que se está haciendo actualmente desde ideologías totalitarias. El problema que acabamos de analizar requiere educación preventiva. La tarea preventiva debe comenzar muchos años antes de la adolescencia, por medio de una progresiva y correcta educación sexual en el ámbito familiar. Esta función corresponde a los padres, por ser colaboradores directos de Dios en el origen de la vida y por ser los primeros y principales educadores. Los hijos esperan que sean sus padres quienes les expliquen el misterio de la vida. Conviene no ceder ante la moda actual de sustituir a los padres con el pretexto de que no están preparados. En el caso de que les falte esa preparación, es más sensato y útil que sus colaboradores (profesores y tutores) les ayuden a adquirirla que sustituirles. La correcta educación sexual requiere no limitarla a informar. No es infrecuente que se dé una excesiva información para la capacidad de comprensión de cada edad y, falte, en cambio, el planteamiento educativo. Es preciso situar lo biológico en el contexto del amor espiritual, como algo que entra en los planes de Dios. También es necesario fomentar el autodominio, el respeto a las personas del otro sexo y las virtudes del pudor y la castidad. La educación sexual es uno de los aspectos de la educación para el amor. Los hijos la aceptan y entienden mejor en el clima de amor que se vive en la familia, donde es punto de referencia clave el amor generoso y sacrificado de los esposos. Si a lo largo de la infancia se les ha ayudado a descubrir la función del sexo dentro de la realidad global de la persona, cuando llegue la adolescencia y juventud habrá menos riesgo de curiosidades malsanas y culpabilidades injustificadas.
La educación progresiva de la voluntad, por medio de la adquisición de los hábitos citados más atrás, será un punto de apoyo muy importante para evitar las manifestaciones prematuras de la sexualidad durante la adolescencia y la edad juvenil.
CUESTIONARIO BASICO PARA PAREJAS DE NOVIOS EN CURSOS PREMATRIMONIALES
Contesta las siguientes preguntas:
1) ¿Le ocultas algo a tu novio(a) que crees debería saber?
2) ¿Qué te gustaría que conociera de ti?
3) ¿Sabe tu novio(a) qué piensas de él(ella)?
4) ¿Sabe tu novio(a) qué opinas del matrimonio?
5) ¿Sabe tu novio(a) qué opinas de su familia?
6) Si se casan, ¿han hablado sobre dónde o con quién van a vivir?f
7) ¿Han hablado sobre si la esposa va a trabajar?
8) ¿Han hablado sobre cuántos hijos tendrán?
9) ¿Han hablado sobre cómo van a educar a sus hijos?
10) ¿Ganan los suficiente para los gastos de una familia?
11) ¿Sabe tu novio(a) cuáles van a ser las bases de su matrimonio?TIPOS DE NOVIAZGO que parten de una mala base
A) Admirar a una persona no significa estar enamorado
Una alumna se enamora de su profesor de derecho porque además de estar cerca de él tres veces a la semana, es, según ella, apuesto, brillante, apto, decidido y proyecta una personalidad sólida, fuerte y segura.B) Sentimientos de compasión
Andrea piensa hacerse novia de Alfredo porque él es un hombre muy solo y nadie le ha hecho caso. Nunca antes había tenido novia, ella será la primera que acepte serlo.
C) Sentimientos de culpa
Gabriel lleva cinco años de novio con Rebeca, él ya se dio cuenta que ella no es la mujer que quiere como esposa, pero no se atreve a terminar su relación porque Rebeca ya le entregó un tiempo considerable de su vida; así que ya decidió casarse con ella.D) Postura de salvador
Ivonne se va a casar con Rodolfo aún cuando sabe que éste tiene un carácter muy fuerte y que es incompatible con el suyo. Ella lo quiere y piensa que cuando se casen va a cambiar.E) La última oportunidad
Berenice se va a casar con Gustavo a pesar de que no es la persona que desea para compartir su vida. Lo hace porque cree que él es el único hombre que se va a fijar en ella.