Biblioteca Familiar
-
Análisis de la situación familiar
El fortalecimiento de la familia es la solución para la crisis desintegradora que vive la sociedad actual: abandono del hogar, ruptura del vínculo matrimonial de hecho y de derecho, drogadicción, alcoholismo, niños abandonados, etc. Todo esto desaparecería si la familia respondiera a su función original de ser realmente:
- La primera escuela de valores humanos y sociales
- Una comunidad de vida y amor
- Un centro forjador de personas
- La comunidad instituida por la naturaleza misma para el cuidado de las necesidades más elementales de la vida diaria.
- Para lograr lo anterior hay que empezar por fortalecer a la propia familia, analizando su situación concreta, pues entonces se estará fortaleciendo a toda la sociedad .
La mayor parte de las quejas, insatisfacciones, peleas y disoluciones conyugales o familiares son el resultado de la falta de aceptación de la situación real. Son reacciones comprensibles, pero carecen de un plan de acción positiva para:
- Cambiar lo que se puede cambiar
- Aceptar lo que no se puede modificar.
- Distinguir entre ambos para vivir en paz.
El análisis de nuestra situación pretende ser una motivación para ir resolviendo los problemas de la propia familia, entendiendo por "problemas" las situaciones que se pueden mejorar.
Lo primero que hay que tomar en cuenta es lo siguiente:
1. Todas las familias tienen problemas, es decir, atraviesan por situaciones que pueden mejorarse, pues el hombre es perfectible, y la familia y sus relaciones también lo son. No se puede realizar en un solo acto todo lo que se es en potencia; se necesita de tiempo, del deseo positivo de hacerlo y del esfuerzo animoso y constante.
2. Se tiende a destacar lo negativo y no lo positivo, tanto en la propia familia como en las de los demás. Si en una hoja blanca hay una pequeña mancha negra, se tiende a pensar sólo en ella y no se ve el resto. En los conflictos familiares puede suceder lo mismo: se deja de ver todo lo bueno que hay y se centra la atención en lo que está funcionando mal.
3. En lugar de enfocar los hechos reales, se enjuician y se exageran las situaciones de conflicto. Por ejemplo, se dice: "Es un flojo", cuando el hecho es que se levantó tarde el domingo, y así de muchas otras cosas.
4. Para hacer un buen análisis se debe contar con información procedente de distintas fuentes; así se enriquecerá con las observaciones de varias personas: el maestro, algún amigo prudente, la opinión de los hijos y la del cónyuge, etc.
El análisis empieza con el conocimiento de uno mismo dentro del contexto familiar, tomando en cuenta que se puede tener una doble vida y no ser el mismo en la casa que fuera de ella. Lo más significativo de una persona se muestra mediante sus relaciones con los demás. Estas relaciones pueden ser: conyugales, con los hijos, con la escuela, en el trabajo, etc.
Cada área es un campo de posible desarrollo: éste debe ser equilibrado y no unilateral; por ejemplo, realizarse únicamente en el trabajo representa una unilateralidad.
Las circunstancias pueden limitar la actividad de una persona y afectar temporalmente algún aspecto, como sería el caso de una madre con varios hijos, enferma y sin apoyo.
Relación conyugal: Los padres son los primeros responsables
El matrimonio bien relacionado es la base y el sustento de la familia. De su buen funcionamiento depende no sólo el mejoramiento personal de los cónyuges, sino también la seguridad y el equilibrio que se debe dar a los hijos. La mejor manera de educar a los hijos es por medio de una buena relación conyugal. Para esto es preciso:
1. Buscar la causa de las tensiones que impiden el mejoramiento personal y el cónyuge. Si se vive en una situación conflictiva, hay que tener la iniciativa para superarla; saber dar y saber recibir, comprender y exigir.
2. La base de la relación conyugal es el respeto en su sentido más profundo. Éste consiste en considerar al cónyuge como una persona con capacidad para ser mejor y con posibilidades de superarse. Negarle al otro esta posibilidad es la peor falta de respeto, es una humillación.
Las relaciones conyugales han de ser vividas atendiendo al modo de ser de cada uno. Para ello conviene:
a) Analizar las actitudes que deben rectificarse a partir del conocimiento recíproco.
b) Ver en qué es necesario ponerse de acuerdo.
c) Reflexionar acerca del tiempo que llevan unidos.
d) Aprender a manejar los conflictos para sacarles partido.
e) Esforzarse por lograr la comunicación positiva.
f) Detectar los obstáculos en las relaciones conyugales.
g) Buscar la unidad y cierta autonomía en el matrimonio.3. Si la relación conyugal no crece, entonces disminuirá la unión de los esposos. Ese desarrollo se consigue por medio del esfuerzo de ambos. Resolver determinado problema o encontrar la clave para lograr un cambio de actitud depende del esfuerzo que haga cada uno. La solución está en sus manos.
Superar los obstáculos para lograr un buen matrimonio produce satisfacción personal, misma que facilita el clima de entrega mutua que alimenta el amor de los esposos. En la vida en común de marido y mujer tiene que cultivarse el amor y el cariño mutuos en un continuo saber dar, saber recibir y saber perdonar, comprender y exigir para que exista crecimiento personal.
La máxima prueba de amor es el dolor, se ha de dar aún cuando en determinadas circunstancias no sea fácil, cueste trabajo o duela.
En la vida en común hay áreas que se comparten y otras que son exclusivas de cada uno.
La autonomía en el matrimonio es expresión de respeto. En el matrimonio debe haber zonas de unidad y zonas de autonomía. Para que el matrimonio se lleve bien se han de respetar la libertad y la autonomía del cónyuge en ciertas áreas: amistades, aficiones, trabajo, etc. Ésta es otra manera de mantener la unidad y de manifestar respeto a la libertad del otro.
Lo mismo sucede en las relaciones con los hijos. Analicémoslas esquemáticamente:
- Actividades en que intervienen padres e hijos.
- Actividades de los cónyuges.
- Actividades de los hijos.
- Actividades del esposo.
- Actividades de la esposa.
- Actividades de los hijos con su padre.
- Actividades de los hijos con su madre.
Situación de los hijos como segundos responsables
Al pensar en el desarrollo de los hijos se debe tomar en cuenta su libertad. Debe educárseles en la libertad y para la libertad, para lo cual se necesita establecer un plan de acción con objetivos para cada hijo, a corto, mediano y largo plazos. Para ello debemos conocer a nuestros hijos mediante la observación y la búsqueda de información proveniente de personas que los conozcan bien, como son sus maestros.
Es recomendable conocerlos en las relaciones con sus padres, sus hermanos, sus amigos, su ambiente, etc., respetando a la vez su intimidad.
Se ha de empezar por aceptar a cada hijo como es, con sus cualidades y sus defectos.
Al analizar a los hijos se procurará evitar dos errores:
1. La proyección de uno mismo, que se manifiesta en deseos de que mi hijo sea igual que yo, o sea lo que yo no soy, o que tenga lo que yo no tuve, etc.
2. La tendencia a querer tener hijos perfectos. Hay que aceptarlos como son, pero a la vez hay que establecer objetivos concretos para cada uno como son las pequeñas obligaciones relativas al orden, la sinceridad y la generosidad.
Los padres deben ser capaces de analizar su situación familiar y la de cada persona en particular. Ese análisis tiene por objeto:
- Detectar lo esencial.
- Encontrar los problemas: no estudia, no obedece, etc.
- Buscar soluciones apoyándose en lo positivo.
- Elegir lo más conveniente para el hijo.
- Lograr que adopte un plan de acción para mejorar.
Necesitamos aprovechar las capacidades y las cualidades de nuestros hijos para ayudarlos a mejorar y neutralizar lo negativo. Los padres deben saber qué es lo característico de cada edad, de ser "el mayor", el hijo de "en medio", conocer su carácter, etc.
Análisis del entorno familiar
Es necesario buscar un equilibrio en las relaciones con la sociedad y en el trabajo.
Las relaciones con la sociedad. En el hogar florece la intimidad a la vez que la apertura: hay que abrirse a los amigos y al ambiente, evitando o neutralizando las influencias negativas.
Las relaciones en el trabajo. Hay personas que buscan su autorrealización únicamente en el trabajo y no le dan mucha importancia a la familia. Otras, por estar insatisfechas en su trabajo, con frecuencia buscan compensaciones en el hogar, exigiendo más de lo debido y adoptando posturas y actitudes negativas, tales como el autoritarismo despótico.