Biblioteca Familiar
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Funciones de la familia
A lo largo de los siglos la familia ha tenido funciones diversas. Los núcleos familiares primitivos funcionaban como unidades económicas de producción y de consumo. En la Edad Media se transmitían por medio de la familia los oficios y las profesiones a manera de escuela de artes.
Los lazos familiares han sido en otros períodos de la historia, a partir del siglo XV, soporte de alianzas políticas, sociales y económicas.
La mayor parte de los servicios educativos, sanitarios, de seguridad social y de asistencia que hoy asume el Estado dependieron otrora de la familia.
Pero hay algo que es exclusivo de la familia; ésta proporciona a cada hombre ese hábitat natural en que es concebido, gestado, arropado y educado con amor. El ser acompañado hasta la misma muerte, como corresponde a la dignidad de la persona, lo proporciona también la familia. En este sentido, la familia es la principal fuente de satisfacción de las necesidades específicamente humanas.
La familia es la destinataria de la cultura y de los bienes del planeta.
La aceptación incondicional.
Los miembros de una familia normalmente viven en un mismo lugar, comparten el espacio, la comida, el tiempo libre y los instrumentos. La relación es continua e íntima. Debido a la frecuencia de los contactos entre las personas, éstas actúan naturalmente, como son, sin máscaras.
Además, la confianza que tienen al saberse queridos les permite actuar con sinceridad. Así, los comportamientos de cada uno son, en su mayor parte, espontáneos, por lo que se llega a amar a la persona más por lo que es que por lo que hace: los miembros de la familia se sienten aceptados por lo que son. Esta aceptación es incondicional.
En la familia, la aceptación de la función específica de cada persona, debe coincidir con la aceptación de la persona en sí misma. La madre, acepta al hijo por serlo, pero a la vez, lo acepta como persona por ser quien es.
Desde el momento en que los padres de familia se centran más en el valor de la función social de sus hijos, menos sentido tiene la familia. De hecho, hay muchas familias en las que existe una aceptación condicionada de los hijos; concretamente, condicionada a las calificaciones que obtienen en la escuela, al cumplimiento de unas normas de conducta o a la actuación sumisa frente a las exigencias paternas.
Sin embargo, la familia sirve como base de unas relaciones donde no cabe más que la aceptación incondicional, porque estas relaciones no están controladas por las personas: nadie elige a sus hijos ni los hijos eligen a sus padres o a sus hermanos. Las características de los distintos miembros de la familia no se pueden planificar.
En cambio, en la convivencia social y en el trabajo predomina la tendencia a clasificar a las personas por su profesión, su origen, su estado civil y por la forma como desempeñan su trabajo.
Tomemos como ejemplo a un deportista: mientras éste le sea útil al equipo de fútbol es parte de la familia de su club, pero si queda inválido por algún accidente, entonces deja de pertenecer a ese equipo.
En la familia no hay jubilación ni despido aunque los miembros se separen, porque el papá seguirá siendo el padre, la mamá la madre, y los hijos hermanos entre sí, aunque de hecho algunos intentan jubilarse respecto de sus responsabilidades, produciendo los fuertes desequilibrios que todos conocemos.