Carta del mes
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Hoy aquí, mañana allá.
Montevideo, 1 de Agosto de 2007
Querida familia:
Como dice el refrán, todo es “según el color del cristal con que se mire”. . Así, por ejemplo, el mes de agosto es pleno invierno en el hemisferio sur y es pleno verano en el hemisferio norte pero, a los efectos del calendario, el mes seguirá siendo agosto en todas partes del mundo y en todo momento.
Así es también en la vida. En un determinado momento de nuestra juventud, algunas situaciones nos pueden resultar incómodas, desagradables y hasta odiosas y, sin embargo, cuando ya estemos al final de nuestro camino, esas mismas situaciones vividas o miradas con otros ojos, no tienen ninguna importancia, son intrascendentes y, ¿por qué no? son hasta agradables. Y eso no es porque las situaciones hayan cambiado de lugar o de esencia. Los que cambiamos de lugar fuimos nosotros.
Porque una cosa es estar ubicados al principio de la vida y otra cosa es estar al final. Lo que nos parecía casi una tragedia cuando éramos jóvenes, simplemente nos parece una nimiedad cuando somos ya ancianos. Lo que nos parecía un desafío imposible de alcanzar en la juventud, en la vejez nos parece lo más natural del mundo.
Por eso, las metas que nos pongamos o no nos pongamos en la juventud, serán las que determinarán, consciente o inconscientemente, dónde estaremos ubicados en la ancianidad. De las opciones que tomemos cuando empecemos a caminar en nuestra primavera y verano generacional dependerá nuestro abrigo y nuestra protección para nuestro otoño e invierno vital. Nosotros seguiremos siendo, en esencia, las mismas personas en todas partes y en todo momento, pero lo que va a hacer la diferencia en nuestra ubicación frente a la vida será el bagaje de experiencia y sabiduría que hayamos sabido recoger en el camino.
¡Hasta la próxima!