Carta del mes
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Empezar de nuevo
Montevideo, 1 de diciembre de 2009
Querida familia:
Estamos comenzando el último mes del año, lo que no quiere decir necesariamente que éste sea el último mes de nuestra vida. Todo lo contrario. Porque, gracias a Dios, la vida tiene esa rara cualidad de que puede comenzar y recomenzar en cualquier momento. Basta que nos resolvamos a empezar de nuevo, porque ese comenzar y recomenzar nuestra vida todas las horas, todos los días, todos los meses, todos los años, es lo que hace que nuestra existencia valga la pena. Lo contrario sería un desperdicio de nuestro tiempo, de nuestras cualidades, de nuestras oportunidades: en concreto, sería un desprecio de nuestra razón de ser.
Es cierto que la vida tiene sus penas, sus sufrimientos, sus desilusiones, sus desesperanzas. A lo largo del año que se está terminando, seguramente habremos tenido alguna dificultad, nos habrán defraudado algunas personas, nos habrán engañado, nos habremos equivocado, nos habremos dejado estar, nos habremos olvidado de nuestros valores y, quizás, nos habrán sucedido muchas cosas dolorosas más que nos han hecho sufrir.
Pero como somos seres humanos pensantes, libres e inteligentes, mirando hacia delante, hacia el nuevo año que comenzará dentro de un mes, tendremos nuevas oportunidades para rectificar nuestros errores, para pedir perdón por haber ofendido a alguien, para intentar buscar soluciones concretas a nuestros problemas, para olvidarnos de las ofensas que nos hayan hecho pero, por sobre todas las cosas, para aprender a mirar el futuro con los ojos limpios, con nuevas ilusiones, con la esperanza de ser cada nuevo día un ser humano mejor.
Así, con el alma en paz, podremos decir el próximo el 25 de diciembre junto al pesebre del Niño Jesús: “!Qué bien se está Contigo!”, Y desearle a Él y a todos nuestros seres queridos ¡Feliz Navidad!
¡Hasta la próxima!