Carta del mes
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Fortaleza familiar 1-11-2012
Querida familia:
Leyendo un artículo en una revista, nos asombra y al mismo tiempo alegra descubrir que aún hoy en día se hace mención a algunos valores. Buscar el bienestar general y no tanto el individual, es necesario para crecer como personas. El artículo hacía referencia a que una familia fuerte, es aquella que posee un firme compromiso en buscar el bienestar y desarrollo óptimo de cada miembro de la familia y del grupo familiar en general. Es grato saber que en la actualidad se promocionan conceptos como este. Si las personas no dejamos de buscar sólo el bienestar personal (lo cual no quiere decir que nos descuidemos como personas y no nos valoremos, ni defendamos nuestros derechos) sino también procuramos el amar al otro, entenderlo, tolerarlo y buscar su bienestar; corremos el riesgo de transformarnos en personas individualistas, egoístas, lo cual nos conduce a un camino de soledad y vacío.
Creo que en estos tiempos es necesario hacer un alto en nuestros quehaceres cotidianos, para meditar en que la felicidad no se logra solo buscando el bienestar personal, sino que hay un sentimiento más noble y que nos hace mejor personas y nos agranda el corazón y es hacer felices a las personas que nos rodean y sobre todo a nuestras familias.
Lo dicho, no quiere decir que uno tenga que ser sumiso, dependiente y subyugado; hablamos de un equilibrio entre recibir y dar; solo a través de este equilibrio es que la persona se autorealiza y alcanza la felicidad plena; no es haciendo solo lo que nos complace que logramos la felicidad, sino que también necesitamos dar a los demás para sentirnos cómo decíamos plenamente realizados cómo personas. Pensemos solo unos instantes: ¿cuántas veces discutimos y nos cerramos por creer que tenemos la razón y defendemos una postura?; luego, el tiempo al ser sabio nos demuestra que esa postura era rígida e inflexible y que no valía la pena gastar energías en discutir sobre algo que era pequeño e intrascendente. ¿No les ha pasado alguna vez? . Con esta reflexión los dejo pensando ….. Busquemos realmente cuando es necesario discutir y hacer primar nuestra opinión y cuándo con tan poca cosa cómo es demostrar cariño, complacencia y afecto, dejamos feliz al otro y como consecuencia de ello, logramos nuestra propia felicidad; “ todo el que siembra, cosecha”.
¡Hasta la próxima!