Carta del mes
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FORTALEZCAMOS LOS VALORES FAMILIARES
¡FELIZ AÑO QUERIDAS FAMILIAS!
Estamos comenzando un año y nos encontramos organizando celebraciones y planificando las vacaciones familiares. Si bien disponemos de poco tiempo, es importante detenerse unos instantes para cerrar una etapa y abrir la puerta a un año nuevo, con la esperanza y el anhelo de concretar nuevos proyectos en el ámbito personal, familiar y laboral.
Asimismo, es valioso reflexionar acerca de los logros alcanzados durante el año transcurrido, reconociendo y agradeciendo el apoyo y compañía de nuestros seres queridos, la posibilidad de estudiar y/o trabajar y la bendición de un hogar cálido que nos ofrece abrigo y alimento. Este período de celebración es una grandiosa oportunidad para trasmitir a nuestros hijos la necesidad de agradecer por los dones recibidos, invitándolos a esforzarse cada día por alcanzar el máximo despliegue de sus potencialidades, con un espíritu de alegría, generosidad y sacrificio.
Podemos apreciar que en los últimos años han ocurrido cambios en la sociedad que nos hablan de una tendencia a la desvalorización de la vida y los derechos humanos y un fortalecimiento del individualismo y el culto hacia el consumo y los bienes materiales. Son cambios que la sociedad ha aceptado, quizás, con la ingenua esperanza de que redunden en un beneficio propio, pero que en su esencia atentan contra el individuo, la familia y los valores que nos esforzamos por inspirar en nuestros hijos.
A partir de estos cambios, muchos países se catalogan de liberales y progresistas, como si promover el aborto, el matrimonio igualitario y el consumo de drogas sugiriera un avance en la lucha por los derechos del ser humano y la familia. Como si alentar el permisivismo y el consumismo, alimentara en nuestras familias valores que la comunidad necesita invariablemente para desarrollarse y crecer en armonía, como son la solidaridad, la justicia, el respeto, la humildad, el espíritu de sacrificio a través del trabajo, la perseverancia y la honestidad.
Es un desafío para los padres educar a sus hijos en un contexto donde algunos valores han perdido vigencia, exigiendo un esfuerzo mayor en nuestra labor de construir y defender creencias y valores firmes y consistentes. Aprovechemos las vacaciones como un espacio para acercarnos a nuestros hijos, dialogar, saber como piensan, que les preocupa, que conversan con sus amigos. Es importante que los temas que circulan en las redes sociales sean abordados en el seno familiar, para no delegar en desconocidos la misión de informar y asesorar a nuestros hijos despertando inquietud y confusión.
Tanto niños como jóvenes necesitan explicaciones, merecen estar informados y comprender de acuerdo con su capacidad de entendimiento y con lo que nosotros creemos que es lo mejor para ellos. Es el momento de sembrar, de trabajar día a día, de intercambiar ideas, de hablar pero también de escuchar, de demostrar firmeza y coherencia en nuestras creencias pero también tolerancia hacia los que piensan diferente. Porque de lo contrario serán otros los que a través de la televisión, la radio, y las redes sociales, expongan sus ideas e inciten a adherirse a sus formas de pensamiento y estilos de vida.
Sin duda que los medios de comunicación nos enriquecen a todos, pero hay que saber aprovecharlos y eso constituye también una enseñanza que debemos trasmitir a nuestros hijos. Más allá de los beneficios que reportan, debemos promover el contacto y la comunicación en la familia, invitando a nuestros hijos a disfrutar del aire libre, la lectura, las actividades recreativas y deportivas que solamente impliquen a sus participantes. Los invitamos a disfrutar de la compañía de sus hijos, especialmente durante el descanso físico e intelectual que nos habilitan las vacaciones, ya que la vorágine del año laboral y escolar nos limita en el tiempo y la dedicación que otorgamos a nuestros hijos.
Creemos profundamente que muchos de los mejores recuerdos que atesoramos de la infancia y la juventud son las vacaciones en familia. Son pocos los momentos en el año que podemos compartir y disfrutar a pleno padres e hijos, no solo por la disponibilidad física sino también por la disponibilidad emocional. Independientemente del lugar en donde estemos, es importante desconectarnos de la rutina y reencontrarnos como familia, para disfrutar juntos, regocijándonos en la certeza de que la vivencia siempre trasciende, dejando una huella imborrable en los corazones de todos.
¡LES DESEAMOS UN PROSPERO AÑO 2014!
¡HASTA LA PROXIMA!