Carta del mes
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Educando a nuestros hijos
Querida Familia:
Queremos compartir con nuestros queridos lectores la siguiente anécdota: era una tarde soleada de otoño, corría una agradable brisa y el césped del parque se encontraba tapizado, con las hermosas hojas que dan el color característico de ésta época del año.
Bajo la sombra de un árbol una mamá miraba jugar, a su pequeño de cuatro años, con su nueva pelota. Pasado unos instantes, se acercaron tres niños mayores de unos siete u ochos años, quienes se incorporaron al juego. Al rato, estos chicos mayores se fueron llevándose la preciada pelota. El pequeño no entendiendo mucho lo que estaba pasando, ante su asombro y tristeza corrió llorando hacia su mamá. Esta que no había visto lo sucedido distraída con su celular, contestando mensajes de Facebook, WhatsApp o algo por el estilo, se levantó muy molesta y dijo “tú siempre llorando, no vamos a salir más”, sin escucharlo y sin consolarlo. Lo tomó de la mano y se lo llevó a la casa rezongándolo.
Está situación dejó pasar una buena oportunidad para transmitir una enseñanza de vida. Cuantas veces nos tenemos que enfrentar a injusticias y situaciones adversas; que requieren de nuestra defensa o aceptar que en muchas ocasiones las cosas no serán como deseamos. Aprendizaje que nos fortalece y hace recios para afrontar los reveses de la vida.
Mientras tanto, los otros niños escondidos, se reían de la travesura al mirar como su mama se lo llevaba. Los papás de estos chicos también estaban ajenos a la escena, ya que se encontraban muy entretenido conversando entre ellos sin percatarse de la situación.
¿Cuántas veces los padres, perdemos oportunidades de educar y transmitirles valores a nuestros hijos?
En los tiempos actuales, los padres prestan menor atención a lo que sucede en el entorno y se pierde la oportunidad de educar en valores a los hijos. A veces por estar tan metido en nuestro propio mundo nos olvidamos y perdemos de vista lo importante y esencial de la vida.
De esta forma distraída e inocentemente se pierde el respeto por el otro y la solidaridad. Sin tener conciencia de ello vamos formando hijos débiles ante las dificultades; sin el control de sus impulsos y emociones corriendo el riesgo de que se transformen en adultos mediáticos, individualistas y sin respetos humanos.
Solo se necesita estar, observar y atender para incentivar el diálogo sin perder oportunidades de transmitir valores; como la justicia, la esperanza, la defensa de los derechos propios, el respeto, la comprensión y solidaridad.
¡HASTA LA PRÓXIMA!