Carta del mes
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PREPARANDO EL ULTIMO MES DEL AÑO
Querida familia:
Entrando en diciembre; las calles se adornan de luces; las casas dejan ver el árbol de navidad y sus adornos navideños y en general todos respiramos un clima alegre, de festividad. Sin embargo, al mismo tiempo se percibe un aceleramiento en el transito, los negocios; las colas del supermercado que opacan el ambiente festivo que se celebra.
Un año termina y con él ansiamos finalizar todas las tareas pendientes, sin embargo y a pesar de la euforia que nos rodea, nos encontramos en muchas ocasiones fatigados, cansados y por lo tanto más susceptibles e irritables, empañando así el clima festivo y olvidando el sentido real de las fiestas venideras.
Podremos transformar el ajetreo diario deteniéndonos a meditar en el sentido de estas fiestas; reflexionemos en cuan solidarios podremos ser éste mes; que acciones de caridad podremos llevar adelante; a quienes le puedo pedir perdón; quién necesita de nuestro apoyo y compañía; estas y muchas más preguntas nos podremos hacer y lograremos llegar a fin de año, cansados pero felices y gratificados por haber aportado una sonrisa; una palabra de aliento o una buena acción que llenan el alma.
Queremos compartir con ustedes una oración que expresa de una forma clara lo que queremos transmitir y que más allá de la religión que se profese; cuenta con un pensamiento profundo que nos enriquecerá como personas.
Señor, haz de mi un instrumento de tu paz.
Que allá donde hay odio, yo ponga el amor.
Que allá donde hay ofensa, yo ponga el perdón.
Que allá donde hay discordia, yo ponga la unión.
Que allá donde hay error, yo ponga la verdad.
Que allá donde hay duda, yo ponga la Fe.
Que allá donde desesperación, yo ponga la esperanza.
Que allá donde hay tinieblas, yo ponga la luz.
Que allá donde hay tristeza, yo ponga la alegría.
Oh Señor, que yo no busque tanto ser consolado, cuanto consolar,
ser comprendido, cuanto comprender,
ser amado, cuanto amar.
Porque es dándose como se recibe,
es olvidándose de sí mismo como uno se encuentra a sí mismo,
es perdonando, como se es perdonado,
es muriendo como se resucita a la vida eterna.San Francisco de AsÍs
Creemos que luego de leer con detenimiento y reflexionar sobre éstas palabras profundas y sabias del autor; no necesitamos agregar más; solo despedirnos con nuestros deseo sincero de que puedan pasar una Feliz Navidad acompañados de vuestros afectos.
¡HASTA LA PRÓXIMA!