Un hijo después de los cuarenta

Cuando me enteré de mi embarazo no lo podía creer. Me costó mucho asimilarlo, era mayor, con una familia ya crecida...

2007-10-08


Cuando me enteré de mi embarazo no lo podía creer.  Me costó mucho asimilarlo, era mayor, con una familia ya crecida, (seis hijos) y empecé a ver todo negativo.

Se me acabarían esos viajes que hacíamos todos los años, tenía miedo la posibilidad de que viniera con complicaciones, pereza de un nuevo embarazo, después de 12 años que tenía mi última hija.  Todo eso se me cruzaba por mi maldita cabeza. 

Quizás no eran problemas económicos, sino de comodidad, más sacrificio, de pasar malas noches. 
Me había puesto en clases de diferentes materias y estaba fascinada, todo el día libre después de tantos años.

Tuve pereza de tenerlo, de pensar en más trabajo, y hoy le pido a Dios que me perdone y agradezco todos los días el habérmelo enviado.

Fue y es la alegría de la casa, y a todos no ha dado muchas satisfacciones, es que la venida de un hijo es una bendición que no se compara con nada en esta vida.

Yo le diría a esas madres mayores que ese último hijo, el más pequeño, es el que nos da más alegría. 
Que no se desanimen, que vale la pena algunos sacrificios y que lo reciban con los brazos abiertos.

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