Cuando da a luz el corazón

Hay mil quinientas maneras de ser madre. Se puede ser madre involucrando o no nuestro cuerpo, pero todas las maneras de ser madre implican el ser madre y parir un hijo desde el corazón. Recopilamos anécdotas de nuestras amigas que son mamas exclusivamente desde corazón, que han adoptado a alguno o a todos los hijos que hoy forman su familia; para que todos podamos comprender mejor esa realidad maravillosa que es la adopción y desmitificar algunas de las interrogantes que –quienes sólo la conocemos de afuera- nos planteamos.

2007-10-24

¿ES QUE LOLO TIENE DOS MADRES?

Una mujer dio una respuesta admirable y “bajo presión” a esa pregunta que muchos aún no saben responder: cuando llegaron sus dos hijos (uno de ellos adoptado) y le dijeron: “¡Mamá! Una señora lo agarró a Lolo en la puerta del colegio y le dijo que era la madre”. “¿Cómo es esto? ¿Es que Lolo tiene dos madres?”

La mujer envió a sus dos hijos a buscar los dientes caídos de leche que guardaba en un cajón. Cuando los chicos tuvieron los dientes en la mano les preguntó: “cuando los mando a lavarse los dientes, ¿cuáles se lavan, los que tienen en la boca o los que tienen en la mano?”. “Los que tenemos en la boca”, contestaron. “Entonces ustedes no tienen dos dentaduras”, dijo la mamá completando: “bueno tampoco Lolo tiene dos madres. Esa señora con la que se encontraron hoy es como los dientes de leche unos dientes que ustedes tenían antes de tener sus dientes de verdad-; es una señora muy buena que cuidó y crió a Lolo en su barriga hasta que Lolo se pudo encontrar conmigo, su madre de verdad y con nosotros, su verdadera familia”.

NO NACIÓ DE MI PANZA

Otro de los planteos que se hacen quienes adoptan es cómo contarle, con naturalidad, cariño y delicadeza, pero con sinceridad a sus hijos detalles de
su nacimiento y del de sus hermanos; porque el niño tiene derecho a saber cómo nació. Y ¿qué mejor que conocer la verdad de los labios de una madre?

“Yo no sé dar recetas, pero sé que a los hijos no hay que mentirles, y a la beba le conté todo desde chiquita. ¿Viste cuando están “morfables” y los agarrás y te los comés a besos? Bueno yo a la bebe la agarraba y le decía: “ay mi beba, la más divina, que no nació de mi barriga”

“Cuando vino la beba a casa (frase que emplea con frecuencia, para contar —sin mentir- pero sin explicar demasiado que su hija menor es adoptiva) le mostré a mi hijo de 8 años la libreta de casamiento de su padre y mía y le expliqué: “¿Ves? Acá está anotado que mamá y papá se casaron, acá está anotado cuando naciste vos en el hospital... acá al lado, vamos a anotar a tu hermana, que no nació de mi barriga, acá
vamos a anotar a los próximos hijos que tengamos.

Pero esta beba, va a ser más hermana tuya que cualquier otra que nazca, aunque la próxima nazca de mi panza, porque esta va a quedar anotada al lado tuyo, pegada, entendés?”. Y así como lo entendemos nosotros, su hijo lo entendió.

HIJO DE MI ALMA, YO TE QUIERO IGUAL

Las madres aceptamos a nuestros hijos somos de las pocas en el mundo que los queremos lindos o feos, inteligentes o lentos y sanos o enfermos. Las madres que tienen a sus hijos a través de la adopción también.
Así le pasó a una mujer, que llevaba en brazos –ya para llevarse a su casa- a un varoncito de un hogar de niños. El día que la dejaban llevarse al bebe, junto con su propia madre, su marido y un pediatra, tenían una fiesta en el hogar, para celebrar al nuevo y diminuto integrante de la familia.
Al tomar al niño en sus brazos el médico le dijo: “tenga cuidado señora que tiene hidrocele”. La mujer, que no es versada en temas médicos, pe corazón grande como una casa, miró al niño con más ternura aún, diciéndole al médico: “No se lo diga a mi madre todavía, porque no va a querer que me lo lleve y yo lo quiero igual, usted me explica después qué cuidados especiales necesita y cuándo hay que operarlo de la cabecita.”
Ahí el médico se dio cuenta de que ella estaba confundiendo hidrocele con… ¡hidrocefalia! Su corazón de madre ya había aceptado a su hijito como viniera y finalmente lo que tenía no era de tanta gravedad.

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