Carta del mes
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Una práctica perjudicial
6 de Setiembre de 2007
Querida familia:Una tarde un grupo de amigas se reunió a tomar el té en una confitería para pasar un rato agradable y charlar de mil cosas, como solemos hacer habitualmente muchas mujeres. De repente, y pensando que era algo muy gracioso que le iba a gustar a las demás, una de ellas les muestra un mail que había recibido esa mañana Por lo que ella misma adelantó, el mail hacía referencias irónicas y denigrantes acerca de determinadas personas que se habían visto involucradas en problemas muy delicados. Se produjo entonces una situación muy embarazosa para todas, situación que una de ellas enfrentó diciendo que no lo iba a leer porque seguramente no era verdad lo que decía, porque le parecía que era una falta de caridad y de justicia que se hiciera burla de la desgracia ajena y que, como consecuencia, no creía que fuera necesario perder el tiempo leyéndolo.
Tal vez algunos de nosotros podemos vernos en situaciones semejantes en algún momento. Alguien puede creer que hablar mal de los demás o repetir rumores que afecten el buen nombre ajeno es tema interesante de conversación. Nada más equivocado. Primeramente, por lo mismo que dijo la señora mencionada: porque no sabemos si es verdad y, aún si lo fuera, no es positivo y no le hace bien a nadie. Todo lo contrario, porque el daño que se puede provocar es enorme e imposible de medir en el tiempo.
La murmuración puede ser una debilidad humana pero es necesario combatirla. El efecto multiplicador de un rumor negativo acerca de una persona puede compararse con aquel ejemplo que una vez un cura de campaña le dio a un feligrés que caía en ese defecto. Le dijo que llenara de plumas una bolsa y que las volcara en un camino. Luego, que fuera al día siguiente a recoger las plumas para volverlas a guardar. Así lo hizo el feligrés y, por supuesto, al día siguiente, las plumas se habían esparcido por todo el pueblo. De esa manera, entendió el feligrés que lo que una vez se echa a volar, luego es tarde para rescatar. Así también daña la murmuración.¡Hasta la próxima!