Carta del mes
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Generando alegría y tolerancia en nuestros hogares 1-6-2013
Queridas familias:
En la carta del mes anterior, les hablamos del perdón y del amor cómo forma de aportar desde nuestro lugar, un granito de arena en esta empresa tan importante que nos compete a todos: forjar un mundo mejor.
Siguiendo en el mismo camino, creemos que sería de utilidad profundizar en algunas virtudes que vienen al caso; la sabiduría y prudencia; laboriosidad y diligencia y serenidad y paciencia. Son muchas más las virtudes que podemos tomar en cuenta y desarrollar en el seno de nuestras familias; pero si comenzamos con éstas podremos continuar por un camino más virtuoso.
La sabiduría y prudencia se interrelacionan, ya que es de sabios poder reconocer que no todo lo sabemos, ni tenemos la razón en todo; el darnos cuenta que somos seres limitados y que cometemos errores, nos lleva a ser prudentes a la hora de actuar, hablar y sobre todo juzgar a los demás.
La laboriosidad y diligencia, nos lleva a intentar ser y hacer de la mejor manera posible; estando dispuestos a esforzarnos y sacrificarnos un poco más en la ejecución de las tareas que nos competen y los favores y ayudas que podemos realizar para los demás.
Por último; la serenidad en el actuar y hacer; buscando dar lo mejor de sí, sin apuros ni apremios por terminar rápidamente, nos ayuda a ser más tolerantes y comprensivos con nosotros mismos y los demás.
Estamos seguros que si intentamos desarrollar cada una de estas virtudes, nuestro diario vivir y nuestro ambiente familiar, contará con un clima de alegría y bienestar. Prueben llevarlo a la práctica y verán los resultados; eso sí, requiere de mucha constancia y paciencia.
¡Hasta la próxima!