Carta del mes
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Llamado a revitalizar algunos valores
Julio 2013.
Querida familia:
Promediando la mitad del año, es un buen momento para hacer un pequeño alto en nuestras actividades y no dejar para fin de año cómo es frecuente realizar la evaluación del año, proponernos entonces desempolvar los propósitos que nos hemos hecho para el 2013 y darles una revisión.
De ésta manera, estaremos a tiempo de ponernos en marcha para el logro de nuestros objetivos. Les contamos una anécdota que recientemente nos ha llegado. Un niño conversaba con su mamá a la vuelta del colegio ( oportunidad que ésta aprovechaba para fomentar un diálogo con su pequeño), mamá ¿ por qué tenemos que esperar al año que viene para aprender las cuentas?; su mamá asombrada le preguntó:¿ de dónde sacaste esa idea? Y el niño respondió: ¿ me lo dijo la maestra y yo quiero aprenderlo ahora?. Ante esto su mamá trató de explicarle que cada cosa de la vida se aprende a su tiempo; pero todo el intento fue en vano, ya que el niño en todo momento le repetía a su mamá que no entendía porque había que esperar cuando en realidad él quería aprender.
La situación terminó como frecuentemente los padres intentamos hacerlo con estas situaciones forzadas, lo distrajo con otro tema y se dio por terminada esta charla. Sin embargo, la moraleja que podemos sacar de éste cuento es: porqué dejar para mañana lo que puedes hacer hoy. A veces es cierto que dejarlas para otro momento es lo más adecuado, pero otras nos damos escusas y justificaciones, y lo único que hacemos con ello es dilatar nuestras metas y objetivos.
Busquemos entonces un momento de silencio en nuestro correr cotidiano para pensar y reflexionar unos instantes en cómo va nuestro camino; ¿si vamos por donde nos lo hemos trazado, si se ha desviado o acaso es necesario desviarlo voluntariamente?.
Podemos aprovechar esta instancia para reflexionar también acerca de lo sucedido el pasado domingo 23 de Junio sobre la convocatoria popular que proponía revisar la ley de despenalización del aborto que tuvo lugar en un pequeño país de América Latina. Los resultados demuestran que optamos por mantenernos en silencio, por adoptar una postura pasiva e indiferente hacia un tema crucial como es la vida y la muerte. Expresamos nuestra voluntad de no cuestionar una ley que otorga al ser humano el “derecho” de poner fin sobre la vida de otro.
Estamos tan inmersos en nuestra propia realidad, preocupados y estresados por nuestros compromisos e intereses que no somos capaces de interrumpir nuestra rutina y alzar la voz en defensa de los niños inocentes que mueren cada día. De esa manera, cerramos los ojos ante el dolor y el sufrimiento ajeno, adoptando una postura cómoda y egoísta que nos aliena y distancia del otro, especialmente cuando necesita de nuestra ayuda.
Familias, es una buena oportunidad para que, desde lo profundo de nuestro corazón, nos cuestionemos cuáles son los principios y valores que guían nuestro camino en la vida, qué esfuerzo estamos realizando para ponerlos en práctica y en qué medida los trasmitimos a nuestros hijos a través del ejemplo y la palabra.
¡HASTA LA PROXIMA!