Carta del mes
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EN LA RECTA FINAL DEL AÑO
QUERIDAS FAMILIAS:
Estamos en la recta final del año y en esta época comenzamos a sentir el cansancio de nuestras responsabilidades cotidianas. Al igual que los grandes, los más pequeños sienten el agotamiento de cumplir con horarios y rutinas y hacer frente a las exigencias escolares y deportivas. A esto se suma, la preparación de fiestas de fin de año y la incertidumbre acerca de las vacaciones de verano. La inminencia de un período del año añorada por muchos, despierta inevitablemente un clima de ansiedad y expectativa.
Los invitamos a transitar con serenidad y alegría esta etapa en la que todos sentimos el peso del esfuerzo realizado hasta el momento. Es importante cultivar la paciencia y la tolerancia en nuestros vínculos familiares y sociales, tomando conciencia del efecto de la tensión y el estrés en nuestro cuerpo y nuestro espíritu.
Con este fin, sería conveniente esforzarnos en preservar buenos hábitos de comunicación y convivencia, respetando y valorando los sentimientos y necesidades del otro en nuestros intercambios cotidianos. Trabajar en el autocontrol, evitando las reacciones emocionales desmedidas y regulando nuestras respuestas cuando se presentan situaciones nuevas e inesperadas. Aceptar las diferencias de criterio u opinión con los demás, apreciando la riqueza de la diversidad y promoviendo la tolerancia y el respeto.
Para hacer posible un clima de armonía familiar y social, es necesario un esfuerzo conjunto de grandes y pequeños que operen como modelos de comportamiento y sean ejemplos de paciencia, serenidad y autodominio. Promover y orientar entre todos, en el entrenamiento en autocontrol, la reflexión, la empatía y la anticipación de consecuencias, reconociendo la necesidad de asumir la responsabilidad frente a nuestras decisiones.
Sean especialmente cuidadosos cuando llegan a casa luego de un arduo y extenso día de trabajo para reencontrarse con sus seres queridos quienes ansían compartir con ustedes sus vivencias e inquietudes. Es verdaderamente un desafío para quienes se encuentran además, agobiados por preocupaciones, llegar a sus hogares y retomar su labor como padres con poca energía y disposición.
Los aliento a realizar un último esfuerzo y dejar de lado sus inquietudes y dificultades para valorar la verdadera riqueza que da sentido y significado a sus vidas, la familia. Abran sus corazones a quienes más lo necesitan y entreguen con generosidad su tiempo y su última cuota de energía de la jornada. No hay mayor recompensa que recibir la atención y el amor de quienes les impulsan a superarse y luchar cada día.
La decisión sobre cómo vivir y disfrutar de ese espacio dependerá de la capacidad de cada uno de convertirlo en un momento reconfortante y placentero para todos. Vale la pena el esfuerzo!.